Lágrimas inician esta historia.
Dos almas nacieron aquel día, de sus ojos
cayeron dos gotas que embellecieron una radiante sonrisa en su reflejo.
Uno un inseguro, honesto y futuro héroe,
diminuto corazón que soporta tan grande sueño.
La otra alma, más bella seguro, más niña
sonriente que duerme en un gran corazón soportando el vacío de tan diminutos
sueños.
El niño crece en la locura del amor,
escribiendo promesas que encojen su valentía encerrada en complejas palabras
que acomplejaban al genio.
La feliz niña crece en la confusión de ver
sombras que nublan su verdadero hogar. Solo la miman los destellos del frío de
sus ventanas que cierran de noche sus alas.
El chico sufre como se apaga la sonrisa del
reflejo de su lágrima, una sonrisa que ocultaba el temor de un amor violado.
Dos huellas en la arena… dos huellas en el
recuerdo pisoteando su corazón. Jura esta insignificante mota del desierto, ser
lluvia y soñar con el mar.
Vive aprendiendo a ser ejemplo de voluntad, a
ser esperanza para los locos, para los abandonados corazones que sangran
lágrimas vacías del reflejo. Aprende viviendo la ausencia de un corazón crecido
con el enamoramiento. Era el primero y no pudo ser.
La chica sufre la lapidación de pecados que
no cometió, y sangra su nostalgia abriendo heridas de un pesado pasado que seca
sus sueños.
Negros lienzos auguran un cadáver como
retrato. Una triste y dolorosa melodía inmortal.
Solo hay vida en un amor que murió…
El chico se enamora de una melancólica chica.
La chica vuelve a enamorarse de un escondido
héroe.
El chico vive junto su corazón lleno de
alegrías. Olas en un mar que borraban aquellas hondas huellas.
La chica ríe entre tímidas notas de piano que
resuenan el eco de esperanzas en la grieta de lo que fue su corazón.
El chico es abandonado por la chica,
demasiado niña.
La chica abandona al chico, demasiado
distinta la realidad de la ficción. Demasiado real…
El chico lo último que supo de aquella chica
es que murió rápido una noche bajo la lluvia de cristales que iluminaba la luna.
Murió rápido por asesinar su sueño.
La chica lo último que supo de aquel chico es
que se suicidó escribiendo su ilusión… estúpido poeta olvidado….Olvidado por
asesinar su sueño.
El chico vive aprendiendo a desaprender lo
aprendido y enseñando a vivir la más cálida libertad que hiela al sol
confundiéndolo con la luna. Se convierte en un héroe con su ejemplo.
Un chico que cumplió su sueño y jamás perdió
su voluntad de vivir, de actuar, de cambiar el mundo. Dependiendo tan solo de
él mismo por no sentir dulce amor.
La chica vive aprendiendo a vivir consigo
misma, sonriente enseña a sonreír hasta en los momentos más amargos, valiente
por ser tan cobarde de ocultar sus temores en su nuevo arte. Cumple sus sueños
pero su nuevo arte solo fue belleza sin corazón.
Hoy, ojos de personas con negros trajes
sollozan dos gotas que reflejan grises lápidas de lo que fue un largo y
aterrador funeral lento, muy lento, pues asesinaron su amor para poder matar en
vida su sueño.
Lágrimas terminan esta historia.
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