Nocturno Secreto

sábado, 2 de enero de 2016

Un Imposible…

Lágrimas inician esta historia.
Dos almas nacieron aquel día, de sus ojos cayeron dos gotas que embellecieron una radiante sonrisa en su reflejo.
Uno un inseguro, honesto y futuro héroe, diminuto corazón que soporta tan grande sueño.
La otra alma, más bella seguro, más niña sonriente que duerme en un gran corazón soportando el vacío de tan diminutos sueños.
El niño crece en la locura del amor, escribiendo promesas que encojen su valentía encerrada en complejas palabras que acomplejaban al genio.
La feliz niña crece en la confusión de ver sombras que nublan su verdadero hogar. Solo la miman los destellos del frío de sus ventanas que cierran de noche sus alas.
El chico sufre como se apaga la sonrisa del reflejo de su lágrima, una sonrisa que ocultaba el temor de un amor violado.
Dos huellas en la arena… dos huellas en el recuerdo pisoteando su corazón. Jura esta insignificante mota del desierto, ser lluvia y soñar con el mar.
Vive aprendiendo a ser ejemplo de voluntad, a ser esperanza para los locos, para los abandonados corazones que sangran lágrimas vacías del reflejo. Aprende viviendo la ausencia de un corazón crecido con el enamoramiento. Era el primero y no pudo ser.
La chica sufre la lapidación de pecados que no cometió, y sangra su nostalgia abriendo heridas de un pesado pasado que seca sus sueños.
Negros lienzos auguran un cadáver como retrato. Una triste y dolorosa melodía inmortal.
Solo hay vida en un amor que murió…
El chico se enamora de una melancólica chica.
La chica vuelve a enamorarse de un escondido héroe.
El chico vive junto su corazón lleno de alegrías. Olas en un mar que borraban aquellas hondas huellas.
La chica ríe entre tímidas notas de piano que resuenan el eco de esperanzas en la grieta de lo que fue su corazón.
El chico es abandonado por la chica, demasiado niña.
La chica abandona al chico, demasiado distinta la realidad de la ficción. Demasiado real…
El chico lo último que supo de aquella chica es que murió rápido una noche bajo la lluvia de cristales que iluminaba la luna. Murió rápido por asesinar su sueño.
La chica lo último que supo de aquel chico es que se suicidó escribiendo su ilusión… estúpido poeta olvidado….Olvidado por asesinar su sueño.
El chico vive aprendiendo a desaprender lo aprendido y enseñando a vivir la más cálida libertad que hiela al sol confundiéndolo con la luna. Se convierte en un héroe con su ejemplo.
Un chico que cumplió su sueño y jamás perdió su voluntad de vivir, de actuar, de cambiar el mundo. Dependiendo tan solo de él mismo por no sentir dulce amor.
La chica vive aprendiendo a vivir consigo misma, sonriente enseña a sonreír hasta en los momentos más amargos, valiente por ser tan cobarde de ocultar sus temores en su nuevo arte. Cumple sus sueños pero su nuevo arte solo fue belleza sin corazón.
Hoy, ojos de personas con negros trajes sollozan dos gotas que reflejan grises lápidas de lo que fue un largo y aterrador funeral lento, muy lento, pues asesinaron su amor para poder matar en vida su sueño.
Lágrimas terminan esta historia.

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