Nocturno Secreto

domingo, 21 de marzo de 2021

Tengo que afrontar que el tiempo todo lo deshace

Tengo que afrontar que el tiempo todo lo deshace, 
que la vida está inmersa en el cambio 
y no puedo seguir amándote. 
Porque no es real que me extrañas, 
no es cierto que somos una sola llama, 
sino que me consumo solitario. 
Tengo que afrontar que soy un extraño, 
ya no me miro al espejo como a un hermano, 
y tampoco veo el cielo en tus ojos y labios. 
Lo vería… si los dos nos amáramos. 
Pero camino abandonado y taciturno 
cada día sobre los rieles de la melancolía, 
cada día sollozando la ilusión rota, de que tú eras mi mundo. 
Tengo que afrontar que no eres mi mar 
sino que me ahogo en tormento y daño, 
que este dolor me asfixia en llanto, 
que pensarte solo es arena 
y me quemo en este desierto que es soñar. 
Tengo que afrontar la amarga pena 
de que el tiempo todo lo afronta 
sin compadecerse de mi existencia. 
De que la vida no ha nacido para que nos besemos, 
no ha querido que con nuestros ojos nos hechicemos, 
sino que me atormenta en la locura 
de martirizarme, confundiendo tu piel con cada duna, 
tus ojos con la verdad más profunda 
y tu sonrisa con una felicidad pura. 
Tengo que afrontar que ni siquiera eres ceniza, 
que eres un fuego invisible que no arde ni se apaga, 
que para que esta tristeza termine, debo arrancarte de mi vida. 
Por favor ¡ayuda! no sé cómo vivir entre mis ruinas.

lunes, 1 de marzo de 2021

Nudo de amor en mi garganta

Camino por la ladera del vértigo 
ahogando nudos de amor en mi garganta. 
Camino por la ladera ciego 
y llorando poesía, derramando mi alma. 
Derramando un alma que ha envejecido 
más allá de la anciana luz del mañana. 
El futuro es como un río 
que se precipita hacia el abismo; 
una tristeza que maquilla el alba. 
Me siento temblar sobre este precipicio, 
me siento tiritar de nostalgia. 
Camino por la ladera del vértigo 
ahogando nudos de amor en mi garganta. 
La muerte es gélida y pálida, fría tez blanca 
que hiela la sangre de mi corazón 
pero que enamora con su dulce calma. 
No se conciliar metáfora y razón, 
no se lidiar con el amor, inerte corazón en ámbar. 
El cielo se tiñe de madrugada 
mientras la luna se desmaquilla de nácar; 
mientras el sol nace como un resplandor 
que marchita las luciérnagas de mi interior. 
El día es fulgor cruel y deslumbra al vacío 
que bordea mi acantilado; 
me incita a perderme en su frágil destino, 
a asfixiarme, con el nudo de amor desanudado.