Las espinadas rosas de mi memoria
se clavan como dardos en mi conciencia.
Los cromados pétalos de mi pensamiento
vuelan lejos del horizonte de los sueños.
Del jardín sangrante de mi floreciente alma
transparente sed y verde esencia emana.
El espejo del azul cielo y bañado fulgor
en la feliz orilla de desnuda blanca tez
limpia las huellas de mi precoz vejez.
Incendia de juventud el radiante sol
la playa que es paz en mi corazón.
Perla la luna la noche con su brillo.
Derrama su luz lágrimas y sonrisas,
emociones en estrellas fundidas
que lloran el aura de lo vivo.
Y yo…
Marginado y perdido…
Lloro la ilusión de este paraíso.
Paraíso de poesía en cada río.
La oscura opacidad de la caverna
dilata la ansiedad en mi pupila.
Las estalactitas de mi tristeza
gotean el llanto de mi herida.
La depresión en su silencio inverna
en esta morada de rocosa hiel eterna.
Afuera los pájaros cantan su melodía
y el eco de sus alas ensordece mi melancolía.
La inspiración son las plumas de mi alegría.
Cascadas de transparente feliz pureza
que tallan los cristales de cortada timidez.
Esculpiendo escamas que originan al pez
nadando en el agua de la destreza.
Y yo…
Poeta de mi onírica inteligencia…
Lloro la ilusión de este paraíso sin esencia.