y por dentro solo queda la ruina
de la gloria que jamás ha existido.
Derrota de una existencia sin vida,
tristeza de erosionada piedra,
soledad y memoria del olvido.
La noche se funde a la tiniebla,
esencia el corazón de la miseria.
La obsesión asesina el destino
y la tragedia asfalta el camino.
La ansiedad anega el viento,
el océano traga cada secreto.
La esperanza se tornó ilusión,
la nada es ese océano que siento.
No hay en la atmósfera dolor
pero se respira remordimiento.
Fugaz es la emoción
y su eco demasiado lento.
Escribir mutila los sonidos
y el sentimiento se quiebra.
Solo la música el dolor enhebra
con versos de líricos hilos.
No sé para que escribir
aunque escribir me obligue a estar vivo.
No encuentro una razón para vivir
porque existo amarrado al vacío.
Navego en un barco melancólico
sobre un inmenso triste mar,
sobre lágrimas que naufragar
sollozando un viento nórdico.
Aúllo a un alma inexistente
que se hunde en lo agónico.
Aúllo… esclavo de este presente.