Nocturno Secreto

martes, 14 de noviembre de 2017

Tercera parte del poema narrativo "Alegoría"

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III
Aquella noche, envuelta en la noche,
que aprisionaba su vida en la celda.
Cuando las lágrimas de las estalactitas
goteaban tímidas su profunda tristeza.
Sus pesados párpados cerraron su vista
y el sopor del sueño holgó su cabeza…
He despertado a lo fútil de la materia
Susurraba dormida su conciencia…
a la gran podredumbre de la gran tierra.
He despertado rendido del largo letargo
y harto, me encamino a rendir mi guerra.
Armado del flexible ingenio de mi arco
y de la virtud certera de cada flecha.
Y mientras él, nacido del frío mármol
pero criado en materia de natural barro,
soñaba con la sombra de su grandeza.
Mientras su luz proyectaba oscuridad
en la penumbra de su conciencia.
Otra luz menos pura que la felicidad
y menos oscura que la turbia tristeza,
bañó aquel alma del calor más extraño
llenando su ser de compañía y soledad.
Así sucedió, tal como siente un poeta,
acurrucada su alma, nacida sin cuna,
que en la profunda noche de su pena
su nostalgia besó el aura de la luna.
Despierta de la vanidad de tu sueño
que soñar en esta noche espesa
es engañar con soledad a la tristeza.
Cuantos alzan su mirada al cielo,
bajo la sombra de este opaco techo.
Cuantos como tú hunden su mirada,
igual que hiere la mortal espada,
hiriendo su ánimo de dolor ciego.
Cuantos sangran sin rasgar el velo…
Así su brillo sollozó en palabras
la radiante musa de blanco nácar.
Sus ojos eran grises como perlas
bajo el negro océano de niebla.
Su pelo azabache y su mirada alma.
Grácil su bella figura de hada.
Habitas en el abismo de la caverna
abismo de silencio y abismo de piedra.
Despierta de la vanidad de tu sueño,
despierta de esta noche de tristeza.
Recoge, aprende a tensar tu arco
 y alcanza con fluidez tus flechas.
“Sé en la agudeza certero,
 claro en la dirección del disparo,
sangre en el corazón del sentimiento”
Para que te brinde Apolo el milagro
de su mayor reconocimiento.
Alma de vida, espejo de barro.
Tú, nacido del frío mármol,
criado en materia de tiempo.

jueves, 9 de noviembre de 2017

El hogar

Esa mezcla de ensoñaciones
abrazándome en cada sollozo.
Donde menos pesa la nostalgia.
El espacio que da cobijo a la calidez
y resguarda tiempo para el alma.

La libertad que encuentra quien busca la paz.
El amor protegiendo al desamparado
sin la vergüenza de vivir sin refugio por refugiado.

Vivir al amparo de un cielo de felicidad
y no de una tierra quebrada y muerta de hambre.
No de un cielo que llueva sequía, guerra o tristeza
e inunde el mundo de enfermedad.
Sino vivir al amparo de la humanidad.

Trazar un mapa de sendas en lugar de fronteras
y recorrer con libertad el relieve de nuestra tierra.

Es la tranquilidad, la felicidad y la esperanza.
Un hogar… para crecer y poder envejecer…
Sorprender a la muerte con una vida ganada.

jueves, 2 de noviembre de 2017

Retazos

Escribir es mi droga que me hace olvidar pero te digo que el resto es la soga y sigo en esto, en un río que llega hasta el mar y me ahoga.

Camino perdido por el sendero de lo sincero.
Humano herido que se esfuerza por ser honrado
y al final solo hay piedras que me lapidan
y obligan a seguir el camino desterrado.

Escribo mis más sinceros versos
frutos del árbol de mi sentimiento
que fluyen cual savia de mi pensamiento
y nutren de nostalgia las hojas de mis recuerdos.

Amargo amor de otoño que mis sueños irradia
y en la noche de mi subconsciente mi alma empaña.

Independiente esclavo del presente,
imprudente con mis realidades,
ignorante del edén de mis ideales.

Sin conocimiento ni conciencia
el tiempo ha cortado el tallo de mi memoria,
me ha nublado la fría sombra
que envuelve de soledad la verdad de la existencia.

Mi suerte quizás se perdió a los trece.
Mundo tuerto por eterno tiempo envejece
y asustado margina el ingenio al genio que decrece.

Así crezco preso de mi miedo intruso
y abuso de mi sueño de artista astuto.

Problemático, siendo táctico ante los demás.
Escribiendo versos temáticos al ritmo del compás
de la vida.

Canalicé mi ira tanto que ahora estallo cuando callo.
Admiré el mundo desde mi cima
hasta que me cegó un relámpago.
Y ciego, del destello de su claridad
recuperé el contacto con la realidad.

Me baso en el ocaso de mi raso paso,
en ese astro tumbado por el fracaso.
En sentirme tan distinto al resto de la sociedad
que termina mi yo sintiendo envidia de mi ser espiritual…

No me asusta tanto este silencio al que mi destino me encadena, como ese frío abismo que al criminal condena.