esperando en cada apagado instante
que las estrellas iluminen mi sendero.
Busco despertar de la hipnosis de este sueño
para regresar a la felicidad vibrante
y de mis emociones ser el dueño.
Pero he aprendido en este viaje
que no existe el dominio de lo que siento.
Grito a mi melancólico corazón que pare
pero me abraso en el oasis de mi desierto.
Paseo por las calles de mi cerebro
como un vagabundo en soledad errante,
gimiendo la tristeza que sin sed bebo,
soñando ver la luz del cielo que me salve.
Soy un noctámbulo vagabundo con hambre
de pasiones, de vivencias y paisaje.
Un desesperado espíritu con virtud cobarde,
un fantasma con el defecto de querer ser alguien.
He escapado del pozo de mi deseo,
he ahogado el impulso de un te quiero,
he derramado lágrimas rezando al cielo
y he buscado la poesía en el misterio...
para solo perderme en el laberinto de un secreto.