La noche de mi esencia
impregna el misterio
de un recuerdo sin destello
de un sueño sin estrella.
Vivo.
Entre hipocresía y ausencia
entre tinta y belleza
entre el azar de tu inclemencia
en un auxilio de tristeza.
Bebo.
El alcohol de la hiel
el sabor que es color a miel.
Suave ardor de la nostalgia
que abrasa pero emborracha el alma.
Y respiro constante fragancia
esa nada reflejada en mi tez.
Marcada hondo en el ánima
ahogándome en licor de lágrima
asesinando a mi desesperada sed.
Escribo.
Una carta a mi vegez
a un alma atrapada
en la soledad del papel.
Anciana, en versos arrugada
de sal y agua empapada
encharcada de sufrimiento y placer.
De poesía...transcrita en el edén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario