Es como un silencio que hiende
la tristeza con la felicidad más bella.
Es un grito que a sí mismo se desgarra
y agarra cada entraña hasta sangrar lágrimas.
Hay un corazón desolado y sin paisaje
que no adorna cada río de sangre.
Sentí el corazón como un músculo sin sentimiento
que late en el eco de cada uno de tus recuerdos,
pero que siembra sufrimiento,
que se hace averno.
La vida no tiene sentido y a nadie parece importarle.
Soy un monstruo moral que se confunde con un idiota,
porque persigo un castigo cuando podría plañir la paz.
Cambiar yo mismo y transformar del mundo su abismo.
Reír la libertad y llorar un amor por fin merecido.
Pero soy un monstruo moral,
pues me acomodo en la ciénaga
sin luchar por otro hogar.
Duermo en el sueño de una filosofía ilusión.
Por favor, despertadme el corazón.