para qué me vale la moral si no me hace feliz.
Hoy la tierra ha marchitado el edén
y el sol del cielo jamás brillará en el infierno.
No brillar jamás donde el sentimiento es verdad,
donde el placer desborda la vida que desea ser agotada.
¡Ese es el crimen de vuestra virtud!
Un crimen de sabios que sueñan ser dioses,
pero que no toleran sus caprichos.
¡Esa es la hipocresía de vuestra paz de conciencia!
Caminamos hacia una eternidad
que tan sólo engendra muerte.
Yo desearía que cada instante
fuese un dolor recompensado por la verdadera belleza;
porque de qué me sirve existir
si no se me permite amar la vida.
Hoy la soledad sólo es soportable
si me araña con mis deseos.
El mañana sólo será radiante
si el sol quema la noche con la luna,
si la luna pincela el amor con el fuego.
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