que trémula se deshace cada noche en pedazos,
trato de despertar con alma mi propio corazón.
Persigo la respuesta que siembra mi desesperanza
con la duda de no saber si sueñas mi mañana.
Si fue verdad ese rubor helado que petrificaba nuestros corazones
en una hoguera de cálidas miradas.
Si es más cierto que solo eres sombra de un deseo
y que reo me desgrano como tus lágrimas
cuando yo soñaba que me añorabas.
Si eres hechizo de una vivaz llama
que arde en tu felicidad y en tu tristeza
y yo bebo la suerte de ser mísero sin tus anhelos,
porque no hay amor que complete mi alma
si tú no incendias la pasión que me abrasa en nuevos incendios.
Porque no hay medida que medie entre sentimientos extremos
cuando sólo tú eres la medida de cada aliento, de cada recuerdo,
de cada dolor interno, de todos los voraces fuegos.
La medida sin cordura, de cada dolor interno de todos los voraces fuegos que siento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario