No se trata de ganar la dignidad
sino de merecerla.
No se consigue la felicidad
sólo con poseerla.
No hay en el mundo belleza
si sobra lo hermoso de cada uno,
o si a uno le falta.
No hay corazón que lata con monotonía
cuando es una la armonía.
No deseo el mal porque sé que en la vida
no se cumple lo que uno desea, y también está bien.
No me convence el juego de la hipocresía,
donde uno es un cascarón vacío y sólo un comodín como
máscara.
No permitiré que haya más locura,
si es cierto que nada es verdad y que no hay nada permitido
bajo tu desquiciada sombra sin alma.
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