He muerto en millones de segundos aguardando…
He muerto porque la luna es demasiado ideal
y el profundo espacio nos distancia.
La soledad se alimenta de la soledad,
el vacío hunde en su hueco la esperanza.
El vértigo de las horas es el delirio de los segundos
en los que fallezco esperando…
Mi corazón es un latido sin eco en mi pecho,
un dolor cortante que con sudor me desangra.
Lloro en silencio los átomos de mi nostalgia
orbitando como astros de un cielo deshecho.
He muerto en atroces instantes de tristeza suspirando…
He muerto como un cordero custodiado por un lobo,
como un lobezno tropezando en un precipicio de aullidos
amargos,
como un ángel que pliega con humildad sus alas frente al
todo.
Mis ojos son la diana de cuchillos de luz que se clavan cual
dardos
y derraman la imagen de una pena que bebe arena.
He muerto en millones de segundos aguardando, esperando,
suspirando…
un tiempo en el que resucitar a tu lado.
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