Nocturno Secreto

sábado, 9 de febrero de 2019

El Fin de la Inocencia

No he escrito este poema con ánimo de sermonear o de juzgar a nadie en concreto. Lo he escrito porque en parte refleja como veo el mundo. Además, considero que trata sobre lo que más merece la pena escribir hoy en día. Lo he intentado escribir lo mejor que he sabido.

I
¿Qué virtud en las calles brilla?
salvo el destello de cristales y sangre
de vagabundos que mueren de hambre.
Salvo el destello de soledades
que desgarran charcos y vida.

La ciudad es un lugar inhóspito
lo prueba la vacía belleza de la noche.
La ciudad es un lugar recóndito
lo ensombrece el fulgor del derroche.

Oigo el crujido de emociones que quiebran,
el profundo caminar de pensamientos que tiemblan.
Oigo el abismo de un silencio que truena
por un cuchillo que se hunde en la existencia.
¡Y crimen y suicidio se mezclan en la conciencia!

¿Dónde cayó la nácar sonrisa de luna?
Se deshizo su brillo en migajas de lágrimas,
se marchitó como tiempo entre páginas.
Se apagó porque cayó su sonrisa de cuna.

El viento gélido de la febril atmósfera
rasga las gargantas de los desamparados.
Las noches, enfermas de melancólica ópera
componen el drama de crímenes trágicos.
Y el público la amarga tragedia aplaude
con el adicto consumo de droga y arte.

Del río que bifurca la nostálgica ciudad
fluye la tristeza de rostros decaídos.
El ámbar de las farolas alumbra una realidad
vacía de sombras y llena de oscuridad y delirios.

Se han llenado los manicomios de nuestra conciencia
y sus rasgadas paredes acolchadas ensucian su blanca pureza.
Se han convertido en cárceles, los lugares de la inocencia,
sus paupérrimas calles necesitadas de riqueza.

¿Dónde cayó la nácar sonrisa de luna?
Se tornó áspera sonrisa de acongojado llanto,
se bañó en corrupción, egoísmo y espanto.
Se apagó porque cayó su sonrisa de cuna.

Los silenciosos parques de la existencia
cortan los recuerdos con cristales de botellas.
Las jeringuillas de los barrios de la miseria
clavan sus agujas como mortales huellas.

En el pausado camino de la nostalgia
un anciano pasea su cansado corazón.
Sus gafas, húmedas de la emoción de sus lágrimas
empañan su mirada hacia un futuro sin amor.

Y en los silenciosos parques maquillados por el alba
charcos de vómito y también tristeza malva.
Mientras vagabundos mueren en la madera de los bancos,
como ataúdes pagados por el estado para lavarse las manos…

¿Dónde cayó la nácar sonrisa de luna?
Se perdió en la niebla de la madurez.
Se quebró con la débil vejez.
Se apagó porque cayó su sonrisa de cuna.

Se apagó la nácar sonrisa de luna.
Cuando la pobreza nubló el alma en la ciudad amargura.

II
¿Qué virtud en el mundo brilla?
salvo la sequía y los campos con sangre
de niños y familias que mueren de hambre.
Salvo el destello de diamantes
que se valoran más que la vida.

El mundo es un lugar inhóspito
lo prueban las ruinas de países de oriente.
El mundo es un lugar recóndito
lo oscurece la tecnología de occidente.

Suena el sonido de estómagos que quiebran,
el profundo vacío que en sus bocas se llenan.
Suena el abismo de una venganza que truena
por un disparo que mella en la existencia.
¡Y crimen y justicia se confunden en la conciencia!

¿Dónde cayó la nácar sonrisa de luna?
Se deshizo su brillo en migajas de comida.
Se carbonizó como esclavos en la mina.
Se apagó porque cayó su sonrisa de cuna.

El viento cálido de los desolados desiertos
arrastra consigo el humo de los proyectiles.
La arena se mezcla con la ceniza de los muertos
mientras el sol estalla la sed en cientos de países.

Hay una herida que se desangra de injusticia
en los macilentos sueños de escuálidos niños sin alegría.
Hay una herida abierta cada vez que se cierra nuestra empatía
y es esa herida más profunda que nuestra banal avaricia.

Hay cadáveres bajo los escombros de la inocencia
por culpa del dinero de nuestras cómplices manos,
las mismas frágiles manos que votan a los tiranos.

¡Hay escuelas que solo el horror de la guerra enseñan!
¡Hay hospitales que semejan derruidos cementerios!
¡Y cárceles que torturan con odio a sus prisioneros!

¿Dónde cayó la nácar sonrisa de luna?
Se tornó áspera aridez de yermo,
se bañó en dolor, desesperación y miedo.
Se apagó porque cayó su sonrisa de cuna.

El corazón de varias personas arde
en el fuego de las llamas de la masacre.
Pero el corazón de pocas personas arde
con la voluntad para por los demás sacrificarse.

Y así vagamos en nuestra ciega indiferencia
consumiendo felicidad a consta de tristeza.
Consumiendo la droga de nuestro corazón cobarde
que tiembla ante la desgracia pero por huir late.

Mientras que allí mueren sin la esperanza
que aquí con una sencilla inyección nos salva.
Y consumimos la naturaleza, la belleza y el dinero
para consumir y consumir más placebo.

¿Dónde cayó la nácar sonrisa de luna?
Se ahogó entre el humo de la guerra.
Se enterró como un cadáver bajo la tierra.
Se apagó porque cayó su sonrisa de cuna.

Se apagó la nácar sonrisa de luna
Cuando la bomba estalló en carcajada de locura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario