Diamante y tallada estatua
de intenso brillo sin aura.
Clara luz vidente al ciego
pureza que desnuda al ego
y baña en cristalina agua.
Llama cálida que alumbra
al ingénito pensamiento
y proyecta oscura umbra
nocturno sentimiento.
Espinada blanca rosa
que sangra y
sana al poeta.
Luz de luna y diosa
que inspira al profeta.
Oasis de mi corazón
sangre de la belleza.
Desierto de la razón
arena de mi tristeza.
Colmas de sed la nada
que bebe mi existencia
y sacias el deseo, esencia,
de ser vida que ama.
Y amar más allá del alma
es tu virtud profusa.
Es ser luciérnaga intrusa
en la oscuridad de mi calma.
Naciendo del destello de mi lágrima
cual llanto de estrella. ¡Cuál musa!
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