dialogo con ese gusano de mi conciencia
que escarba mi mente con tristeza
y me margina a soportar la existencia.
Porque hoy no deseo ser inmortal,
sino beber del cáliz de la tragedia.
Anhelo reducir el mundo al ideal
que todo lo ahoga en la niebla.
Soy un melancólico corazón
que late perdido en la tierra.
El destierro de una frágil ilusión,
un desierto que se deshace en arena.
No sueño, pues amor no me queda.
No lloro, pues ni siquiera siento pena.
Tan solo escribo soledad,
en un poema.
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