como un poema sin alma.
El día brillante irradia pálido
en mi monotonía blanca.
El paisaje se desgasta
como una erosión de mis emociones.
No queda intensidad en mi pasión,
solo un pozo empedrado de decepciones.
El recóndito sendero hacia mi interior
es yermo y árido, como el sol de mis ilusiones.
Estrella cegadora que todo lo quema,
como ha incendiado mi pena
con más dolor.
Y una vez más he caído en lo vacuo
porque mi caminar es superficial,
porque en lo egocéntrico divago.
Soy preso de mi soledad descorazonada,
de la rutina en esta ciudad que día tras día me grita,
del cemento y el ladrillo que sepulta mi esperanza.
He terminado cayendo en lo vacuo…
porque he perdido el ánimo de continuar hacia algo.
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