Me enamoré de una fantasía
más intensa que cualquier poesía,
más profunda y nítida que mi mañana.
Estoy hundido y perdido en mi tristeza,
vencido y herido, como un prisionero de guerra.
Sin alas, sin alegría, sin pasión, ni belleza.
Se ha roto mi presente,
se ha distanciado mi futuro.
Me esfuerzo por construir un puente
que alcance la lejanía de tu radiante mundo.
Pero siempre se derrumba y caigo a mi suerte,
siempre se derruye lo que construyo.
Existo como un receptáculo de lágrimas,
como un monte de ceniza de ánimas,
como un sol, que solo incendia humo.
Y existo, y existo y no dejo de existir,
en la nostalgia y en la depresión,
en este infierno que es vivir
y en el trauma de arrancarme amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario