Esa mezcla de ensoñaciones
abrazándome en cada sollozo.
Donde menos pesa la nostalgia.
El espacio que da cobijo a la calidez
y resguarda tiempo para el alma.
La libertad que encuentra quien busca la paz.
El amor protegiendo al desamparado
sin la vergüenza de vivir sin refugio por
refugiado.
Vivir al amparo de un cielo de felicidad
y no de una tierra quebrada y muerta de hambre.
No de un cielo que llueva sequía, guerra o tristeza
e inunde el mundo de enfermedad.
Sino vivir al amparo de la humanidad.
Trazar un mapa de sendas en lugar de fronteras
y recorrer con libertad el relieve de nuestra
tierra.
Es la tranquilidad, la felicidad y la esperanza.
Un hogar… para crecer y poder envejecer…
Sorprender a la muerte con una vida ganada.
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