Nocturno Secreto

martes, 11 de febrero de 2025

Escribo porque nada es real...

Escribo porque con las palabras
exprimo la vida de extremo a extremo
como un personaje de Camus.
Porque danzo con el alma en aforismos
como Victor Hugo en París.
Porque me extiendo en el pensamiento
como un pacto de honor literario
de una novela de Balzac en mi diario.
Porque escribiendo doy pinceladas en el retrato de Dorian gray
para que siempre sea bello,
porque curto la piel de zapa para que nunca se extinga mi deseo.
Porque no vendo mi alma, no compro la gloria,
mi pacto es con el árbitro de mi inagotable historia.
Porque escribo la vida y leo en las líneas de la vida
como me escribe a mí.
Porque se y soy en esencia todo lo que ya escribí.

Y aun así el mundo es un paraje desolado,
una ciénaga de estrellas olvidadas,
un dolor en un hondo lago anclado.
Me deshago en arbitrarias palabras
que me juzgan y me condenan,
que reposan sobre mi conciencia,
que son en mi alma profundas llagas.

Despierto cada mañana como un extraño
semejante a Hermes, parecido a Apolo.
Mensajero de errores y tristezas
que eclosionan empañados
y desfigurados respecto a nuestra belleza.

Me odio esta mañana con ese terror rojo
que cometería los asesinatos,
los cuales son las cadenas de mis llantos.
Errante en la esquizofrenia, en delirios de un corazón roto.

Escribo porque necesito completar la existencia,
pues sólo en la imaginación,
en ese ambicioso paraíso...
encontré la felicidad, la perfección,
la pasión de un alegría:
el rostro de nosotros mismos.