Un profundo abismo inmortal
cada intervalo que no estoy escribiendo
y en lágrimas y sonrisas y vacío me deshago.
El recuerdo de las palabras es un llano
por el que fluye un río de nostalgia y felicidad,
un amor sacro por lo profano que obra el milagro de fluir.
Mi corazón, siempre mi corazón latiendo
evoca suspiros por un extraño y enturbiado deseo,
por misterios y destellos, por pasajes y senderos
de un laberinto sin secretos,
mas con escondites para los recuerdos,
con pasillos deslumbrantes de sentimientos
y también de cicatrices y malogrados besos.
Las alas de mi subconsciente son un espejo
que proyecta lo infinito a través del tiempo,
que persigue un amor bañado en dos ojos y un destello
húmedo en la incertidumbre de mi lamento.